sábado, 9 de noviembre de 2013

ACTUACIÓN DE XERCOS EN SANTA CATALINA

Actuación del grupo Xercos en el Parque de Santa Catalina en una noche, al principio un poco pasada por agua, pero al final se quedó fantástica para escuchar las versiones de Miguel Río.










domingo, 3 de noviembre de 2013

DIA DE LOS FINAOS...





La palabra finado, o Finao, resulta prácticamente desconocida o es una palabra en desuso en casi toda Canarias, y buena parte de España, sin embargo es de uso corriente en buena parte de Latinoamérica, Brasil incluido, Galicia, Portugal y el sureste de Gran Canaria. El significado más extendido es el de persona muerta, el finado, y el Día de los finados (en portugués "dia de finados") sería el día de los difuntos.
Los Finaos representa la celebración de estas fechas para muchos canarios. Consiste en una práctica donde se reunían familiares, amigos y vecinos a modo de convivencia en una noche peculiar, por lo que supone. Se hablaba, se debatía historias se rezaba, o cantaba, o practicaban juegos tradicionales. Para ese día se guardaban o compraban castañas para asar, almendras, y otras frutas. También se pasaban higos y tunos (higos picos), y a los "higos pasaos" se les introducía una almendra se comían los frutos de la época: castañas, nueces, manzanas del país y demás, acompañado todo con anís y ron miel. Con el paso de las décadas, ha empezado a tener un cierto carácter lúdico-popular, ya que participa todo un pueblo e incluso se acompaña la noche con parrandas que amenizan la "finada".
Castanas
El día de los finados se celebraba el 2 de noviembre. La víspera de ese día, la mujer de mayor edad de cada familia recordaba a los muertos, los finados, los que habían llegado a su fin. La madre o la abuela contaba anécdotas de los finados de la familia y los hacía presentes con sus palabras.
En la actualidad son muchos los municipios canarios que están rescatando esta celebración.
Antiguamente existían otras costumbres, que ya se han perdido en algunos hogares. A través de una de ellas se trata de averiguar el estado del alma, para conseguirlo deben encenderse esa noche lamparillas que floten en un recipiente con agua y aceite. La interpretación es la siguiente: si la luz se apaga es que el difunto está en la gloria; si la luz es muy débil, está en el purgartorio; si la luz es muy intensa, hay que rezar para ayudarlo a entrar en el cielo, y si estalla o chisporretea significa que está en el infierno.

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También era costumbre colgar décimas de versos en las cruces de los sepulcros, o que los familiares comieran encima de las tumbas, con lo que se trataba de pasar el día en compañía de los difuntos. Había cofradías que pedían por las casas para hacer las novenas de las ánimas y los feligreses solían llevar castañas, vino y otros productos a las iglesias, con los que los monaguillos hacía una cena. Al terminar de comer se cogía al diablo que San Miguel tiene en los pies y lo arrastraban por toda la iglesia. Otra creencia popular apunta que la noche previa al Día de Todos los Santos aparecen luces en la tierra del cementerio; se cree que son almas en penas y se reza para detenerla.
dia de todos los santos
 
Era costumbre en los pueblos de Canarias prepararse con antelación, haciendo la matanza del cochino y amasar el pan. Algunos no hacían la matanza en esta época sino que la dejaban para Pascua. Para esto invitaban a los familiares y vecinos más cercanos, para el almuerzo. De postre era típico comer arroz con leche. Por la tarde se llenaban las morcillas con gran jolgorio, cuyos ingredientes eran almendras, batatas, bizcocho, condimentos y parte de la sangre del animal.

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Al finalizar, repartían entre los invitados.

Al llegar el día, los más pequeños cogían una talega e iban visitando las casas pidiendo los santos, llevando trozos de carne de la matanza o morcillas. Lo poco que había se compartía entre familiares y la vecindad.
Tocaban en las puertas y preguntaban ¿hay santos?
La dueña decía que sí, depositando en la talega almendras, nueces, higos pasados y castañas. Algunos ponían "perras". Los que más tenían, incluso una peseta. Ese dinero lo guardaban los niños "como oro en paño".
Cuando las llenaban volvían a casa muy contentos.
Por la tarde se reunían las familias para comer castañas asadas acompañadas de anís y vino.
 Luego, por la noche se celebraban los bailes de Taifas, muy esperados por los jóvenes, pues en ellos se encontraban las parejas. Resultaba difícil porque los hombres escaseaban. Había ocasiones en que bailaba cada uno hasta con tres mujeres a la vez.
Si no se salía, en casa se despejaba de muebles la cocina u otra habitación y se bailaba. En todas las familias había un componente que sabía tocar algún instrumento y ese día, hasta los más tímidos, se "arrancaban a cantar".
Empezaban a las nueve y terminaban a las doce, pues había que respetar el día de los difuntos que se celebraba al día siguiente, día en el que no se realizaba ninguna actividad.